La buena comunicación no depende sólo de las palabras, sino también de las maneras, de la forma en que se dicen. La combinación de ambos elementos favorece la posibilidad de que nuestro mensaje sea percibido por los demás. Por sí solos, la comunicación verbal y el lenguaje corporal dan apertura a muchas interpretaciones; depende del modo en que las combinamos, para que nuestra comunicación sea más o menos eficaz. La comunicación verbal es todo mensaje expresado a través de una lengua oral.
La mayoría de lo que expresamos diariamente se hace a través de nuestra comunicación verbal, y gran parte de lo que interpretamos de los demás tiene que ver con lo que nos dicen verbalmente. La comunicación verbal tiene una serie de componentes a través de los cuales expresamos todo lo que queremos transmitir.
El lenguaje corporal es un reflejo de la comunicación no verbal a través del cual nos comunicamos, de manera consciente o inconsciente, involuntaria o voluntariamente, expresando nuestros sentimientos, nuestros estados de ánimo o nuestras emociones. Es una forma importante de comunicación no verbal. Es el lenguaje expresivo y regularmente está relacionado con los sentimientos de las personas, dando lugar a una especie de diálogo ininterrumpido, en el que muchos de sus mensajes aparecen, pero que algunas veces son difíciles de interpretar.
Hasta el momento se nos ha explicado que cuando nos comunicamos, las palabras que decimos sólo influirían en un 7% en nuestro interlocutor y el resto, el 93%, equivale a la comunicación no verbal.
La comunicación no verbal es la que realiza el emisor sin utilizar palabras. El lenguaje no verbal o corporal, aporta mucha más información que el verbal. Es una herramienta comunicativa de transmisión y recepción de mensajes, técnica eficaz de expresión y percepción, y recurso de apoyo y regulación de la comunicación verbal.
Y estaríamos hablando de gestos, expresiones, movimientos, tics, la forma de hablar, agresividad, tono de voz, sonidos, qué hacemos con las manos, miradas, proximidad, entre otros. Todo ello transmite mucha información adicional al lenguaje verbal que este emisor capta y procesa en su conciencia. Mi mensaje escrito puede estar cargado de interés, transmitiendo información importante, pero mi mensaje corporal puede estar transmitiendo otra cosa.
El sentido y análisis de la comunicación no verbal se convierte en todo un reto emocional y racional por todas las posibilidades que tenemos y utilizamos para interactuar con los demás, desde cómo dirigir la cabeza a cómo trabajamos la proximidad con los mismos.
Sin embargo, podríamos afirmar que la comunicación en general y la no verbal en particular, constituye un valioso y poderoso canal de información durante nuestros encuentros. Ya que inicialmente, el mensaje no verbal e inconsciente, determinará en gran medida la interpretación del mensaje verbal y consciente.
Hay varios conceptos que deben tomarse en cuenta con relación a la comunicación verbal, como son el lenguaje verbal, el lenguaje no verbal, el sentido y el signo. Estos son los medios de los que se sirve el hombre para expresar y manifestar a los demás los contenidos de su conciencia, sus sentimientos, sensaciones, pensamientos, entre otros.
En la comunicación no verbal han de distinguirse, para su mejor tratamiento, las distintas vertientes gestuales que presenta: cinético, kinésico, proxémico, paralingüístico e icónico. Toda la señal gestual, desde el hola más común hasta un largo discurso, consiste en un solo sistema de comunicación y éste debe ser analizado en consonancia con el resto de los sistemas de significación que intervienen al mismo tiempo.
Ello quiere decir que, aunque a nivel didáctico se consignen varios gestos aislados que generalmente facilitan la explicación teórica, en realidad siempre actúa un gesto único, aunque complejo, que es el resultado de totalizar los mensajes que manda el emisor a lo largo de la comunicación verbal.
Y es que en cualquier reunión con otra persona, cuando sentimos que la otra persona no está prestando toda su atención en lo que decimos, dando la sensación, como suele ser habitual, de mirar el móvil, de que no le interesa nuestra conversación. Esto es precisamente a lo que me refería antes. La comunicación no verbal proporciona gran cantidad de información, mucha de la cual el receptor tiene de manera inconsciente. Incluso mostrando un interés sincero, puede provocar que el emisor utilice al receptor para definir con más precisión la idea que desea transmitir. Es por eso que se suele afirmar que no basta con oír el mensaje; lo debes poder escuchar.
La congruencia entre la comunicación verbal y el lenguaje corporal resulta esencial en diferentes aspectos. El buen entendimiento de ambos discursos nos lleva a la construcción de una “buena comunicación”. En el cuerpo humano, el lenguaje verbal y el lenguaje corporal no son distintos. Al aceptar que hay una profunda interdependencia entre ambos recursos, se amplía la cuota de herramientas para operar en la ya compleja comunicación inter e intrapersonal para el logro de compromisos y acuerdos. El éxito de un buen mensaje reside en la sutil combinación entre lo dicho y lo no dicho.
Durante años, se ha trabajado y promocionado la importancia de la congruencia entre ambos tipos de lenguaje. Se defendía la importancia de estos recursos por igual, pero siempre se trataban por separado. El lenguaje verbal, con palabras, responde a un porcentaje, y el lenguaje vocal, con los distintos tonos, timbres e intensidades, responde a otro; sin embargo, el lenguaje corporal, con expresiones y gestos, responde al porcentaje restante. Las expresiones que emanan del cuerpo humano son la representación externa de pensamientos y manifestaciones internas. Aprendiendo a interpretarlas y manejando los distintos “mensajes corporales”, se superan barreras que comunicamos a los demás, voluntariamente o no, transgrediendo el “todos comunicamos”. Cuando verbalizamos algo contradictorio a la expresión corporal, nunca estaríamos completos como comunicadores.
Algunas de las técnicas y herramientas para mejorar la combinación de comunicación verbal con lenguaje corporal podemos mencionar:
Habilidades Sociales:
- Escucha Activa: Escuchar con atención y devolver al interlocutor la idea, pregunta o comentario para que sienta que ha sido entendido e intercambiado un mensaje de forma clara.
- Establecer sintonía o “rapport” con el interlocutor: pequeñas pautas de comunicación que acercan a la persona al mensaje, ya que se siente más identificada con el emisor.
- Ser asertivo: Ser capaz de defender los propios derechos personales expresando asertividad siempre que sea posible. “Es la manifestación directa de nuestras emociones, fundamentalmente, de los sentimientos de deseo y desagrado”, dando la posibilidad a los demás de que discutan con nosotros el punto de vista, que se defiendan o no. Al mismo tiempo, seamos indiferentes a sus críticas, pero siempre sabiendo distinguir cuándo no es posible la negociación.
- Técnicas de comunicación asertivas:
Técnicas de comunicación interpersonal (no verbal) que responden a cuatro conductas principales: Comunicación No Verbal, Comunicación Verbal, Comunicación Asertiva y Comunicación Emocional.
Finalmente para llevar a cabo una conversación eficaz hay que saber preguntar, reflejar, empatizar y resumir la conversación con el fin de que, efectivamente, hayamos mantenido una conversación bidireccional y no dos monólogos paralelos. También es común entender la conversación como un campo comunicativo donde existen dos macrosistemas que influyen en la conversación cuidando siempre que la comunicación no verbal sea congruente con lo que estamos diciendo.
En resumen: El lenguaje corporal sigue y seguirá siendo una herramienta muy útil en el ámbito laboral ya que podemos profundizar en la información de los demás de manera más sencilla. En las entrevistas laborales por ejemplo, estos abordajes son los que nos interesan; son las señales que están dando la mayoría de los candidatos para mostrar cómo organizan la información, cómo usan el cuerpo para disimular, cómo pueden llegar a caer en la mentira, cómo se relacionan con los demás, el rechazo de un puesto, entre otros detalles.